¿Se usa mal en España el término Bboy?

¿Tenemos claro el origen del término bboy? ¿Se usa bien a día de hoy? Hablamos un poco sobre su origen, significado y uso actual.

En España el término bboy se ha utilizado ampliamente, y según a quién le preguntemos, sin criterio si tenemos en cuenta sus acepciones originales. Aunque ya no es tan común, el uso de este término en las canciones de rap de referentes en el panorama nacional, no era nada raro.  

Aún a día de hoy (y no vamos a señalar con el dedo, porque se dice el pecado, pero no el pecador) en los comentarios que nos dejáis por las redes sociales cuando se desata algún debate, se ha compartido la idea de que un bboy es aquella persona que es activa en la cultura Hip-Hop (concretamente masculina, ya que en la vertiente femenina el término correcto es bgirl). 

Pero realmente, ¿Qué significa bboy? ¿Se usa realmente en este contexto?. Vamos a ver un poco el origen del término antes de llegar a su uso en nuestro país. 

Nos retrotraemos a USA

El origen del término, como casi todo lo referente a esta cultura, se encuentra en USA, en las blockpartys de Kool Herc y compañía. En estas fiestas se estaban fraguando unas dinámicas especiales que combinaban música y baile. El éxito de Herc, se basó en buena manera en ser más listo que el resto de DJ's de la época. 

Herc, se dio cuenta de que aunque la gente disfrutaba de la fiesta, esperaban con ansia los momentos en los que se paraba la canción y solo quedaba el ritmo. En ese momento se lanzaban al suelo en lo que se llamaría go off. Estos tramos de ritmo puro y duro se conocían como break downs.

Al notar esta expectativa, Herc empezó a combinar discos, dando origen al turnablism, y alargando los break downs para que la gente pudiese bailar durante más rato y esa euforia que les dominaba con la música fuese más larga. Al ampliar el tiempo de baile, dio pie a que se acabase de gestar lo que ya estaba en marcha: El breaking

La gente que bailaba en estos espacios de ritmo, fue la que gestó, influenciada por el Top Rock, James Brown, etc. lo que a día de hoy es un elemento más del Hip-Hop. Y aquí es donde llegamos al punto clave. 

La mayor parte de la gente conoce a estos bailarines como breakers, algo erróneo, ya que el término se originó posteriormente, en los 80, a raíz de la mediatización de este baile y su aparición en la TV. Los medios consideraban que era un nombre atractivo y fácil para el público general, pero carecía del significado correcto. 

De hecho, es una realidad que desde su aparición hasta mucho después, este término se utilizó por la propia comunidad del breaking para designar de forma despectiva a aquellos que bailaban por moda, sin estudiar el Hip-Hop. A día de hoy su uso ha permanecido y se ha difundido, manteniéndose como una de las maneras más comunes de designar a estos artistas.

Así que la próxima vez, ¡Pensároslo dos veces antes de usarlo!

En el momento, el concepto fue simple y tremendamente ligado a la tradición lingüística anglosajona: Si esta peña lo que baila son los break downs, y son chicos, pues son break-boys. Para acortar: Bboys, o bgirls en el caso de las chicas. Pero se limitaba a esto, no se extendía al resto de actividades, aunque seguramente en este momento todo era confuso, nadie sabía hacia donde iba el movimiento y todo el mundo haría pinitos en todas sus ramas. 

¿Qué pasa en España?

A nuestro país, como todo lo demás relacionado con el Hip-Hop, todo llega en un inicio de forma muy tangencial y con grandes lagunas. Es normal, al fin y al cabo, el Hip-Hop es en esencia un fenómeno muy adaptativo, por lo que siempre se amoldará al contexto sociocultural del país al que arriba.

Si a esto le sumamos que la visión que tenían los pioneros españoles venía de fuentes que más que documentales eran prácticamente ficción, es normal que la escena española arrancase con bastantes diferencias con respecto al germen de esta cultura. 

El breaking llegó a nuestro país impulsado principalmente en un inicio por los militares de Torrejón de Ardoz y por las películas como Beat Street. El vocabulario que giraba alrededor de todo este fenómeno, nos llega también pero edulcorado por la transición de un país a otro. 

El rap, con la fuerza de cualquier estímulo musical, rompió también en nuestro país. Como pasaba cuando hablábamos del origen del término toyako, no está claro exactamente en que momento, ni quién, comenzó a introducir el término bboy en sus temas. Lo que si podemos asegurar es que en la popularmente como generación de oro del rap español no era raro utilizarla. 

Raperos con el nivel de influencia de Nach, Kase O o Toteking, han usado este término en sus canciones, pero el significado ya difería un poco con el que encontrábamos en las blockpartys. Para ellos todo su público eran bboys, y aparentemente no tenía relevancia el que practicasen o no breaking

A principios de los 2000 este uso del término bboy en España vivió su auge, y podemos relacionar más o menos con la explosión de internet y, por tanto, de Youtube y las RSS, su declive. Tiene todo el sentido en realidad, porque la información se volvió mucho más asequible, y era más fácil tener una conexión directa con las comunidades originales del Hip-Hop. También coincidió con una nueva oleada de popularidad del breaking, lo que sin duda ayudó, al reclamar los bboys un empleo correcto del término. 

Pequeña reflexión final, pa quién la quiera

Podemos decir que en realidad, el término bboy se generalizó y empleó de forma incorrecta durante mucho tiempo en nuestro país. El tiempo suficiente para que aún a día de hoy, cuando ya está más claro su significado original, aún quedan posos dentro de la comunidad de este uso. 

Sin embargo, como nos recordó hace unos años la RAE con la incorporación de la palabra almóndiga, los lenguajes y la forma en que nos comunicamos no son elementos inertes, sino que evolucionan con la sociedad. El término toyako por ejemplo es un desarrollo propiamente nuestro, derivado de un término original estadounidense. 

Por tanto, aunque a día de hoy el uso de bboy para el público del Hip-Hop esté en desuso, igual deberíamos plantearnos que este caso y otros muchos pueden ser parte de una evolución que hace al Hip-Hop español tener un carácter más propio. Igual este no es el ejemplo más valioso, pero sí que da pie a esta reflexión. 

Muchas veces pecamos de un excesivo puretismo, que nos lleva a una inmovilidad extrema, como si quisiéramos congelar momentos, sin ser capaces de asumir que eso es imposible. Nada permanece impertérrito, todo evoluciona. 

Y en realidad, ¿qué es más Hip-Hop que aportar a la cultura? Igual estamos coartando aportes importantes de nuestro panorama nacional a la comunidad global, por caer en una excesiva ansia de mantenerlo pura sangre. 

Porque si no, igual seguiríamos escuchando la misma música que en los 2000, o que en los 90. Que está guay, pero ... Llegado un momento, ¿Qué aburrido no?.