jueves. 28.03.2024


El pasado sábado tuvo lugar en la Sala Razzmatazz de Barcelona la 
tercera edición de la Rider Word Fighters, en la que se impuso el MC madrileño El Puto Moko ante unos rivales que dieron un buen nivel general. Ya se sabe que este tipo de eventos suelen dar espectáculo y diversión a los asistentes, en este caso no iba a ser menos. Con una buena participación, tanto en batallas como en los ShowCases, el público, aunque no todo lo numeroso que hubiese deseado la organización, disfrutó de lo lindo en la tarde de sábado barcelonesa.
Arrancó la tarde con el Show Case de Bastardo que, aun con críticas de 
trasfondo a la organización, regaló una buena entrada en calor a los asistentes, como él mismo se encargó de hacer notar en alguna ocasión, se notan las tablas que dan los años en eso de subirse al escenario. Derroche de energía y entrega a un público ávido de actividad. Pocos pero con mucho ruido, que se repetiría a lo largo de la tarde-noche. Se hizo corto su tiempo en el escenario junto a los coros, que rayaron a un buen nivel al lado de Bastardo, alma máter de la escena. A pesar de ser un rap de evidente corte clásico, no falló su elección como apertura para el evento.



Acto seguido se vació el escenario en pos de presentar a los MCs participantes en la competición. Tras la elección de una mano inocente del público, resultó que la primera batalla de la jornada correría a cargo de TLK Xavibo. Los nervios se hicieron palpables en el ambiente y, a pesar del silencio, los participantes tropezaron más que el malo de Scream que diría el raper. Buen nivel de memoria y técnica para ambos; si bien pudo imponerse TLK gracias a un fragmento de una canción propia en el último turno de réplica. 
Xavibo no supo aprovechar su oportunidad y erró con su último cartucho. En la segunda batalla del día el público vería en liza al que sería a la postre el
vencedor, El Puto Moko versus Ricky Ricardo. Lastró en demasía el cómo llegó a la final Ricky Ricardo, filón que supo aprovechar –y muy bien– El Puto Mokopuro sentimiento y lírica confabulados con una buena técnica, con pocos errores y siendo efectista sin caer en lo relativamente fácil. Ricky Ricardoabrumado, no pudo defenderse tal y como le hubiese gustado, mucho mejor rapero que fighter.



Llegó el segundo Show Case de la tarde, Doblefilo, de nuevo, con una nueva y breve crítica a la organización, entonó temas de su disco con ánimo y buen hacer, aún del vaciado, casi completo, de la sala. “¡Cabrones, estáis muertos!”, llegó a decir el artista poco antes de su bajada del escenario. Interesante propuesta sobre el escenario la del grupo barcelonés, que bebe de otros aires y mira hacia otro tipo de rap, quizá de corte más intimista.
En el segundo y último paquete de batallas el público se encontró con
unos interesantes duelos; Spuu Fernández frente a Bulock en primer lugar, Z.E.N.H.E.R. contra Criterioh en segundo y último. 



En el primer enfrentamiento, Spuu Fernández deleitó al público con ciertos chispazos de calidad, que Bullock supo enfrentar con una serie de artimañas, sino nuevas en este tipo de espectáculos, siempre divertidas y efectistas de cara al público, el juego de rimas con el uso de fotografías para apoyar el discurso no dejó de tener su punto interesante en la noche. El buen hacer de Spuu Fernández se impuso a pesar del equilibrado combate que se pudo presenciar. En el último enfrentamiento de la noche se pondría encima de la escena todo un clásico de este tipo de eventos desde hace años, ganador de varios certámenes y genial con el micrófono en la mano, Criterioh demostró que sigue en forma y devuelve golpes igual o más fuertes que los que recibe. Enfrente, un hueso duro de roer, promesa en esto del rap y con buenas maneras, donde el público que sabe ve que hay mucha madera de calidad por tallar, Z.E.N.H.E.R. Tras los turnos de réplica, no sin polémica (¿¿a qué vino la intervención de un miembro del jurado en un evento en el que sabemos que TODOS venimos a recibir golpes??), Criterioh impuso sus galones y olé por Z.E.N.H.E.R., que trató de no tirar de lo evidente y atacó a su contrincante por otros derroteros a los que normalmente se le ataca.

Retirado el jurado para deliberar, interesante Show Case del rapero sueco Antone Mecca. Aunque tal y como avisó el speaker, no nos enteramos de una puta mierda, el público asistió a una buena puesta en escena y con la sensación de estar asistiendo a una buena clase de Rap. Una vez acabó el tiempo para los suecos, turno para la entrega de premios y MVP. Victoria justa para El Puto Moko, sorprendido, por humildad, se quedó sin palabras. Buenas sensaciones en general en un evento que sirve para dar vuelo a los diferentes fighters que están empezando y a los que llevan tiempo en esto. Interesante propuesta por parte de los organizadores, que se afanaron en que todo saliese bien y todos acabáramos contentos –aunque sea difícil.



Sergio Villalobos & Victor Angel

CRONICA - RIDER WORD FIGHTERS 3
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