sábado. 20.04.2024

Ocho años ya desde el último largo de uno de los grupos más representativo del rap chicano, quizás por eso sorprende su regreso con ese “Clone Me” donde domina un bajo sedoso, voces modo mellow y un sampleo vocal de fondo propio de terrenos electrónicos; a todas luces un tema pop que se resiste a serlo, pues todavía huele a tequila y vida baja. Resulta entonces muy curiosa la atmósfera en la que nos introducen como carta de presentación, con un regusto a ciencia ficción que, combinado con el estilo de la portada, se traduce en una distopía no muy lejana, reivindicando un tipo de narración negado a las minorías –lo más cercano en la actualidad quizás haya sido Elysium. Por eso, aunque la segunda “It Could Be Round Two” ya se introduce en el área latina que tan bien conocemos gracias a ellos, queda todavía el poso del anterior tema, acentuado aquí por un fuerte contraste entre los rapeos y la base, suave, cercana a un cuento pesadillesco infantil. Delinquent Habits ya no se conforman con hacer simplemente música, están creando imaginarios.

No obstante, a pesar de la pobreza y el hollín presentes en “California” junto a Sen Dog, el sol abrasa con sample soul y ritmazo. Algo se salva en esta utopía marchita después de todo. Y esa esperanza que nace de la basura no puede ser sino la herencia mestiza e indígena de “La Voz”, tema que lleva el ADN de la banda, con trompetas febriles color agave. Festividad que desemboca en la resaca de “Sing Your Favorite”, con ese deje tan característico que suelta las palabras dejándolas colgar para que ellas caigan de maduras; estilo que sólo pueden desarrollar quienes han nacido próximos a un océano cálido. Esta forma de expresarse, y no las trompetas marchitándose hacia la nota azul, da color a otra canción cuyo suelo posee los matices de la tristeza, dejando bien claro cuando llevamos un tercio del álbum cuál es la motivación de éste y, en ese sentido, los sentimientos de toda una población.

“Go Easy” es otro tema que comienza con unas guitarras pop rock propias del rap blanco pero que los de East Los Angeles no quieren dejar escapar tan rápido, dándole una lectura distinta. De la misma manera, la rítmica “Shake” es la respuesta chola a la negritud de “Otis” de Kanye West y Jay-Z. Movimiento corporal que continúa en “One Two Three” pero ahora macarreado a muerte, música gorda para fardar en el carro tuneado, aunque éste sea un modelo de mierda inmediatamente se convierte en motivo de orgullo al ser modificado por tus propias manos. Esta actitud DIY, de una estética alternativa al margen de los flujos monetarios, se traduce en el ecuador del álbum en un hinchar el pecho que resalta frente al carácter más tímido percibido al inicio de este trabajo. En esa línea ahí está ese “One To Admire”, todo un blues de la Costa Oeste capaz de hacernos soñar con una imposible colaboración con el grupo noventero por excelencia en eso de combinar lo febril con lo melancólico, Morphine.

Si los del suroeste siempre han presumido de poseer una sensibilidad privilegiada a la hora de introducir sonidos guitarreros manteniendo su firma sin caer en híbridos aguados, lo mismo sucede a la hora de retratar el ambiente hosco y arenoso de aquellos territorios fronterizos e indomables. Así, “Last Men Standing” es toda una oda a la figura de Ennio Morricone, y si este tema encaja a la perfección con un film-simulacro de Robert Rodriguez, el siguiente “How It Started” con Melinda, envuelto de nuevo con un halo lúgubre y narrado por el tipo de sombrero de copa que fabrica ataúdes, no desentonaría dentro de un western crepuscular.

Tras esto, el chute adrenalínico de “70s Flow” y la marijuanera “Over & Over” cierran un álbum surcado por picos, depresiones y llanuras, todas ellas detectables en la topología de cualquiera de los tracks, que imprimen una tremenda variedad siempre marcada como las reses por la realidad en la que viven. Sin trucos o parodias.

https://play.spotify.com/album/1Al8Q1H0q6yFpQ4lF68hGE

Trabajo de la semana: Delinquent Habits - It Could Be Round Two (2017)
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